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martes, 7 de febrero de 2017

RELATO DE INCESTO MILY PART 2

Volvimos a la pileta. Si bien mi cuerpo se encontraba más relajado, mi cabeza no paraba de dar vueltas. No sabía si seguir o no con este peligroso juego. Pero la suerte ya estaba echada. Mily me miraba constantemente y yo a ella. -Viste que linda esta Mily- me preguntó ingenuamente mi Tía ni bien llegamos a la mesa donde todos seguían aun sentados. -Si, está muy bonita- Le conteste como sacándome el tema de encima. Un rato después de la escena del baño, mi hermana Mariela se había retirado ya a su casa. En ese momento mis padres se dispusieron también a prepararse para salir, pidiéndole disculpas a mi Tía por irse temprano, pero utilizando como excusa una reunión con otros amigos que ya estaba programada hacía semanas. Mi Tía comenzó también a alistarse, pero ambas niñas le pidieron quedarse un rato más en la pileta. Yo también le pedí a mi Tía que se quedara, que todavía era temprano. Ella aceptó… Minutos después, mis padres saludaron a todos y se retiraron. En ese momento les ofrecí a mis primas si querían tomar helado, y ambas asintieron. Cuando fui a buscarlo al freezer de la casa, caí en cuenta que mi madre se había olvidado de traerlo. Volví decepcionado y les pedí disculpas a las chicas por la falsa ilusión que les había ocasionado. Sin embargo, se me ocurrió llamar a un par de heladerías que conocía de la zona, pero todas tenían mucha demora en el delivery. Era lógico, el calor que hacía era insoportable. Sin dudarlo, mi Tía se ofreció para ir a comprarlo. Le dije que no, que iba yo. Pero ella insistió y no pude convencerla de lo contrario. Tomó su cartera y después de indicarle donde podía encontrar una buena heladería, se apresuró hacia la puerta de salida. Euge, mi prima más chica, aun un poco mamera, quiso ir con ella. Era la ocasión perfecta para quedarme a solas con Mily. Acompañe a las dos a la puerta principal y luego de estar seguro que subían al auto y salían, volví a entrar a la casa, cerrando la puerta con llave. Fui rápidamente hacia donde estaba Mily, y sin decir nada, ambos encaramos para la pileta. Nos tiramos al agua sin vacilar ni un instante. Me acerque nadando hacia ella, que se encontraba en la parte playa de la pileta. En aquel ya, glorioso baño, se había cambiado el bikini, ya que según dijo, no le gustaba tenerlo mojado. Ahora lucía un traje de baño de similares características al anterior, de esos de triangulitos que se atan por el cuello y por detrás de la espalda. Solo que este era de color rosa clarito. Típico de niña, pensé. Una vez que estuve a su lado y sin saber como romper el hielo lancé: -Mily, ¿tomas sol?- Que pregunta idiota pensé por dentro. Pero me llamaba mucho la atención ese bronceado de película que llevaba mi primita. Igualmente imaginaba que si, porque había podido apreciar el contraste del blanco de sus partes íntimas, con el dorado del resto de su cuerpo. -Si- Me dijo con voz alegre. Me explicó que en Barcelona donde vivió hasta hacia un poco más de una semana era invierno, y que apenas llegó a Buenos Aires se la pasó al aire libre, aprovechando todos esos días largos y soleados. -Hablando de Barcelona, ¿dejaste algún novio por allá?- Le pregunte con una sonrisa picara -Nooo- Me dijo riéndose y tirándome agua en la cara. -Que raro, siendo tan bonita- Señale. –¿Y alguna le diste algún beso a algún chico en la boca?- Le pregunte acercándome aún más a su rostro angelical. -No- Me dijo seriamente… Por un instante nos quedamos callados y sentí que no contaba con más margen para continuar con mis preguntas inquisitorias. -Pero siempre quise saber cómo es eso de besar en la boca- Disparó sin anestesia. La mire a los ojos por unos segundos y me acerque aún más. Ya podía sentir su aroma suave y su respiración un poco más agitada de lo normal. Sin dudarlo, acerque mi boca lentamente a sus labios y le di un pequeño beso. Sentí una sensación muy agradable. A continuación y viendo que era correspondido, le di un beso un poco más largo, que duró algunos segundos. Al abrazarla pude notar como temblaba de nervios y que no sabía bien que hacer. Era evidente que nunca había besado a nadie. -Vos relájate y no hagas nada- le dije, y entonces comencé a pasar mi lengua por toda su boca, muy lentamente… Recorrí toda su boca carnosa con mi lengua, saboreando sus labios apenas entreabiertos. Luego tome sus labios entre mi boca, eran gruesos y suaves. Como era de esperar, empecé a excitarme tremendamente. Continúe besándola durante varios minutos mas. -Ahora tenés que hacer lo mismo que hice yo- le dije con firmeza. Y ella entonces, se acomodó y lentamente comenzó a pasar su lengua por mis labios y a besarme. En ese momento aproveche y mi lengua se cruzó con la de ella y el beso se fue intensificando. Noté que Mily se encontraba ahora un poco más relajada. Por ello decidí ir más lejos. Aprovechando la diferencia de peso entre ambos, la tome por debajo de las axilas, sentándola al borde de la pileta, quedando yo parado dentro de la misma, frente a ella. Sin dejar de mirarla a los ojos, empecé a desatar la parte superior de su bikini. Tengo que admitir que en ese momento estaba nervioso, y las manos me temblaban un poco. Sin embargo no tuve problemas en desatarlo. El mismo cayó a un costado de la pileta. Me tome unos segundos para contemplar esos preciosos pechos. Muy pequeños pero demasiado sensuales. Los acaricie con mucha delicadeza y pude apreciar que sus bultitos eran pequeños pero muy duros. Sus pezones eran pequeños también, pero sobresalían mucho y estaban firmes. Los bese y pase mi lengua por ellos durante unos minutos más. De a ratos podía oír como Mily largaba pequeños gemidos de placer y como su respiración se hacía cada vez más evidente. En ese instante, decidí ir por más y toque a través de la bombacha del bikini su vagina. Amague con sacársela y ella accedió rápidamente levantando un poco su cola para que saliera. Pude ver entonces en un asombroso primer plano su delicada y virgen conchita por primera vez. Era como un sueño del que no quería despertar. No tenía vello púbico y su rosada rajita apenas se asomaba entre sus piernas. Para mi sorpresa note que estaba extremadamente mojada, y por su brillo y textura no parecía aquello ser agua de la pileta. Así que decidí averiguarlo con mi propia boca. Comprobé que tenía razón, porque mientras me acercaba a ella, el olor a sexo era asombroso. Pude posar mi boca sobre su vulva y tragarme todos los jugos que de ahí emanaban. Creo que nunca había bebido tanta cantidad de ese delicioso elixir en toda mi vida. Por lo tanto continue absorbiendo mas y mas sus jugos que no paraban de salir. -Aaahh… Mmm… Aaahh- Salían gemidos de la boca de Mily cuando empecé a pasar mi lengua lentamente por su clítoris. La cabeza de Mily se encontraba caída hacia atrás y sus piernas abiertas de par en par, con una flexibilidad llamativa. (Con el tiempo iba a saber porque de esa flexibilidad). Comencé a meter mi lengua dentro de su vagina y rápidamente note que era muy estrecha. Por un instante se me pasó por la cabeza que nunca iba a poder tener sexo con ella, ya que tengo un miembro realmente grande. No enorme, ni descomunal, pero grande, del cual siempre me sentí orgulloso. A esa altura ya mi verga me dolía por la inflamación. Creo que toda la sangre de mi cuerpo se agolpó ahí debajo. Luego de varios minutos lamiendo su hermosa raja, sentí como se estremecía el pequeño y delicado cuerpo de mi primita. En ese instante un fuerte gemido salió de su boca, seguido de un gran chorro de jugos vaginales, que me trague con gusto. Mily había tenido su primer orgasmo dentro de mi boca. -Ahora te toca a vos- le dije sin poder controlarme más. Ella muy relajada, asintió con la cabeza. Salí de la pileta con mi verga tiesa y mi boca aun empapada de sus jugos, me pare junto a ella y cuando me dispuse a bajarme el traje de baño, sonó el timbre… Era mi Tía que había vuelto de comprar el helado. Mily se incorporó y sin apresurarse se comenzó a poner el bikini. Yo en cambio, un poco más nervioso comencé a caminar hacia la casa. Mientras sentía como mi verga volvía de a poco a su estado normal. El día de pileta fue llegando a su fin. Y mi Tía se dispuso a emprender la salida, agradeciéndome por la linda jornada que habíamos pasado. Aunque el agradecido era yo por presentarme a Mily… -Nos vemos pronto primito- Me dijo Mily mientras me daba un suave beso de despedida. CONTINUARA…

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