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domingo, 11 de diciembre de 2016

RELATO DE INCESTO LA GRAN NOCHE CON MI TIA

Me presento, me llamo Matias, tengo 17 años, y lo que pasó sucedió hace un par de meses en el departamento de mi tía, dónde me quedé a dormir 1 semana. Mi tía, a la que llamaremos, Florencia, mide aproximadamente 1,65, tez blanca, pelo negro y liso, ojos cafés, unas tetas normales, no grandes, pero tampoco tan pequeñas, y un culo que yo considero el más lindo y excitante, rendondito, y paradito. El primer día que llegué, mi tía me dijo que durmiera en su cuarto, yo pensaba que ojalá fuera junto a ella, el hecho de imaginarmela acostada en pijama, semidesnuda al lado mío, me excitaba tremendamente, sin embargo, ella dijo que dormiría en el salón, en un sofá, lástima. Al otro día, mi tía se levantaba temprano a trabajar, así que, como estaba solo, y excitado, se me ocurrió la brillante idea de buscar entre sus cosas algo para masturbarme, sus bragas eran ideales, y si estaban sucias mucho mejor, pero solo encontré limpias, aunque igual me corrí una paja enorme y eyaculé una cantidad inimaginable, y cómo estaba cerca del baño, su cepillo dd dientes tuvo un poco de mi leche. A la noche, en ese día, mi tía llego con sandwiches de carne, los dejo en la mesa mientras ella iba al baño, momento oportuno para sacar mi pene, masturbarme y eyacular en su sándwich, procurando que no se notara. Luego, cuando volvió, y se lo comió, mi pene estaba a punto de explotar, que manera de exitarme la imagen de mi tía comiéndose mi semen sin saberlo. Después de ésto, cada uno a dormir. Así pasaron los 5 días, donde todo era parecido, ella iba a trabajar, y yo me masturbaba, dejando mi semen en algunas de sus cosas, bragas, brassier, su comida, sus bebidas, su cepillo de dientes, incluso, en sus toallas higiénicas, pero lo pensaba mejor, y éstas últimas las botaba. Llegado el 6to día, todo transcurrió normal, hasta que no pude dormir, estaba excitado, y decidí ir a ver a mi tía. Ella dormía con una camiseta con tirantes, y un pequeño short, que solo tapaba sus nalgas. Me acerqué a ella y le hablé, al ver que no reaccionaba, decidí tocarla. Partí subiéndole su camiseta y dejando sus tetas al aire, (no dormía con brassier), se las toqué y lamí y chupé sus pezones, con miedo de que despertara. Vi que se movía y me alejé, pero como siguió durmiendo, volví a por mi objetivo, follarmela. Esta vez, le baje su short y sus bragas, y vi su vagina, una hermosa vagina con un poco de bello púbico, estaba con el pelo rebajado, lo que me excitó de sobremanera. Seguí bajando todo hasta sacárselo y le abrí un poco las piernas, me quedé un rato contemplando su cuerpo desnudo y luego fui a por mi celular para tomarle fotos, de todos los ángulos posibles. Después de eso, acerqué mi boca a su vagina, y comencé a lamer el cielo, ese sabor exquisito, la excitación que sentía, me hizo apresurarme a sacarme mi ropa y mi excitado pene y meterselo en la vagina. Así estuve un rato, a paso lento, para no despertarla, cuándo me salí y se me ocurrió otra idea, ponerle mi pene en su boca. Subí hasta su cabeza, su cara, y bese sus labios, metiéndole la lengua, mientras me masturbaba, luego le puse mi pene en su boca, y comenzaba a meterlo cada vez mas profundo, y con mi celular tomaba registros, fotos y vídeos. Otro buen rato bombeando en su cara, cuándo me di cuenta que todavía faltaba un lugar, su culo, su ano, lo que siempre me llamó la atención. Me levanté y giré su cuerpo con cuidado de no despertarla, otra vez tomé fotos, de su cuerpo desnudo, y de cuándo le abrí las nalgas para fotografiar y grabar su ano, hermoso, limpio, rosadito oscuro. Después de grabar, acerqué mi boca y comencé a besar y lamer su ano, otra cosa que me excitaba mucho, y luego la parte final, follarme ese ano. Así estuve un buen rato, hasta que mi tía se despertó, y se asustó y comenzó a gritar. Le tape la boca y le dije: -Tía...tía hermosa y perfecta, callate, vine a quedarme aquí con la esperanza de poder follarte, y lo estoy haciendo, colabora -Pe...pero Matias, ¿qué mierda te pasa?, ¿qué mierda eres, maldito enfermo? Aquí comenzó a llorar, pero la puse boca abajo y le afirmaba los brazos, al mismo tiempo que también le daba golpes en su culo, y besaba su rostro. Otro buen rato bombeando en su ano, follandole ese hermoso ano, ese perfecto culo, hasta que sentía que me venía, aguanté lo más que pude y lo solté, su ano se llenaba de semen a tal punto que llegaba a chorrear, y rápidamente, después de eyacular en su ano, le meti el pene en la boca, dejándole su boca y cara con mi semen, de lo excitado que estaba, era una cantidad inmensa. Me giré y le chupe y lamí la vagina hasta que se corrió, en mi cara, probe su sabor, su corrida vaginal, y me volví a girar para follar su vagina, ahora, así, otro buen rato hasta que le eyaculé en su vagina, le di unas nalgadas y me fui a acostar, diciéndole lo mucho que la amaba y deseaba, y que ojalá ella lo hubiera disfrutado como yo, sentía como sollozaba, pero el cansancio era más fuerte y me llevó a dormir. Al otro día, me levanté y fui a verla, vi que estaba acostada de lado, con los brazos rodeando sus rodillas, y los ojos rojos, la abracé, la besé, y le dije lo mismo de anoche, que la amo, la deseo, y me excita. Ella no decía nada, así que, la tomé a la fuerza, la llevé a bañarse, lavando su vagina y ano, masturbandola, sintiendo cómo se corría en mis manos; la vestí; preparé el desayuno y comimos. No me habló en todo el día, el último, puesto que tenía que volver a mi casa. Le dije que no le dijera de esto a nadie, y que podríamos repetirlo, con ella presente, despierta, no me respondía, nada, asi que, tomé mis cosas, le di un profundo beso, apasionado, le metí la lengua, le agarre el culo, metiendo mis dedos en su ano, y me fui, feliz, contento, la mejor semana y noche de mi vida.

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